Por LUZ MARÍA VÉLEZ
Medellín, septiembre 21 de 2011
Medellín, septiembre 21 de 2011
Sus manitos intentaban seguir un ritmo que tal vez no escuchó antes, pero que seguramente lleve en alguna parte de su cuerpo, en las venas tal vez. Como ella, había otros diez niños, sentados en primera fila con los ojos muy abiertos. “Mira esos tacones” le dice una de las nenas a su compañero del lado, que está bastante impresionado porque a la bailaora se le levanta la falda cuando gira. Junto a los niños hay otras 20 personas que ocupan el salón de la Biblioteca La Floresta, en un sábado cualquiera de tantos sábados que por estos días trascurren al ritmo de flamenco.